La gamba es un crustáceo de cuerpo muy parecido al langostino pero de tamaño menor (muy pocos ejemplares superan los 12 cm). Históricamente ha sido un marisco muy apreciado en la cocina, versátil y sabroso, lo que ha convertido a la gamba en uno de los productos marinos más populares. Habita en todo el litoral español, desde el mar Mediterráneo hasta las costas del océano Atlántico. Para la alimentación humana, la gamba representa un alto valor nutritivo, con un valioso aporte protéico y bajo contenido graso. Destaca su riqueza en minerales como yodo, fósforo y sodio (las personas con elevado índice de ácido úrico deben restringir su consumo). La gamba permite numerosas preparaciones culinarias: cocida, en ensaladas, a la plancha, frita o como crema. El consumidor debe tener en cuenta que su periodo de conservación es muy corto. Consérvese, por tanto, siempre en el frigorífico, entre uno o dos días máximo.
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